«¡La Alhambra! Desdichado el que la perdió…. Embelesado con la roja silueta del palacio, se sobresaltó ante la figura de Isabel, … que se apoyó con sensualidad para conteplar el gran alcázar nazarí. …
-Resulta dificil elegir entre dos bellezas-le dijo Hernando, señalandola a ella y luego a la Alhambra…
-Pero sólo puedes llegar a poseer una de ellas -le susurró.»
LA MANO DE FÁTIMA: (Ildefonso Falcones).